Hace unos días, leí un post en el que hablaban sobre las distintas ventajas que escribir un blog puede tener respecto a escribir un paper científico a la hora de difundir el conocimiento científico (lo puedes leer aquí). Fue un post que me gustó mucho, y me hizo pensar acerca del fenómeno blog en investigación. Por eso, hoy os traigo esas reflexiones en base a mi experiencia escribiendo blogs relacionados con el mundo académico.
En primer lugar, debo decir que sí, efectivamente el blog de ebaes no es un blog donde se difunda información en particular de un campo de investigación; o de una tesis o proyecto de investigación. Es cierto. Por ello, el ejemplo que expondré es el del blog de POBICS, mi grupo de investigación (aquí tienes el blog). Es un blog que llevé a cabo personalmente durante dos años y que desde hace unos meses está desactualizado por motivos estructurales, pero que para el caso, puedes consultar igualmente y sacar alguna idea para empezar el tuyo propio si lo crees interesante y conveniente.
Además, debe saber que tener un blog académico significa, ante todo, aceptar la dinámica que supone tener cualquier tipo de blog: vas a tener que publicar frecuentemente (al menos una vez en semana), vas a tener que difundir por redes sociales tus contenidos, deberás dar la lata a tus compañeros para que te lean, tendrás que exprimirte para planificar contenidos novedosos e interesantes con frecuencia, deberás sintetizar el contenido para que sea fácil de comprender y entretenido; etcétera. Son factores que deberás tener en cuenta si inicias un blog de investigación.
Por qué un blog académico
Una vez aclarada la idiosincrasia de cualquier blog, tener un blog académico supone ciertas ventajas respecto a un artículo científico:
1) Las normas las pones tú. Tú eres tu propio editor: No hay "normas para autores", no debes seguir un estricto y desconocido formato de citas, los apartados y subapartados los seleccionarás a tu gusto (si es que quieres usarlos). Eso sí, recuerda citar SIEMPRE.
2) El estilo es mucho más sencillo y cómodo: Ya que no tienes que adaptarte a un formato de escritura, ni a una plataforma distinta cada vez que escribes y publicas algo, es mucho más fácil y cómodo escribir. Esto facilitará que lo hagas con más ganas y con más frecuencia al no tener que "sufrir" cada vez que intentas entender el aplicativo de una revista. También podrás escribir con tu propio estilo, sin tener que acomodarte a una escritura científica (hablar en tercera persona, no utilizar palabras y expresiones cotidianas...).
3) Un blog está diseñado (en principio) para que te lea mucha más gente que un paper: ¿Cuántos papers científicos ha leído tu abuelo, tu madre, o tu primo el del pueblo? ¿Cuánto tiempo invierten estas mismas personas en navegar día sí día también por internet? Es mucho más sencillo que alguien interesado en tu tema pueda leer tu trabajo aún sin tener ni idea del mismo tecleando un par de palabras en Google. En cambio, tu paper científico, al menos que seas Stephen Hawkings o similares, lo leerá tu director de tesis, tus compañeros, y pocas personas más. Por no hablar de científicos y comunidades interesadas de otros países.
4) El proceso de publicación y difusión es (sin lugar a dudas) mucho más rápido: Como ya hablamos aquí y aquí; desde que terminas tu paper y lo envías, pueden transcurrir unos 6-18 meses hasta que sea publicado (si es no te lo rechazan por el camino). El proceso de publicación de un post de blog es: 1) escribes; 2) publicas. Ya. Por tanto, es más fácil y rápida su difusión y por tanto su alcance.
5) El engagement, el feedback y la discusión es mucho más fácil y enriquecedora: En mis siete años de experiencia, pocas veces (más allá de congresos y algún seminario) he visto la discusión abierta sobre un tema de investigación. En cambio, un blog facilita mucho el intercambio de opiniones, la aportación de ideas y las críticas. Todo esto te hará aprender y enriquecer tu trabajo, tesis o proyecto.
6) Un blog te permite publicar borradores, works in progress y otros trabajos no acabados (que después puedes convertir igualmente en papers): Relacionado con el punto cuatro, no hace falta que tengas un trabajo o proyecto terminado para publicar en un blog. Efectivamente, cada proyecto de investigación puede llevarte de pocos meses a algunos años. Desde que empiezas ese proyecto hasta que se acaba, han pasado miles de cosas (experimentos fallidos, hipótesis, objetivos que cambian, intereses nuevos, descubrimientos inesperados...) que puedes ir publicando casi diariamente en un blog. Todo eso no tiene cabida en un paper ni por contenido ni por tiempo.
7) Un blog puede funcionarte como diario de campo: Sobretodo si eres un investigador nobel o un estudiante de máster o doctorado, este punto es para ti. En relación al apartado anterior, el hecho de ir publicando semanalmente tus hallazgos, tus progresos, tus aprendizajes, tus fallos (muy importantes!), tus actividades... facilitará la escritura posterior del TFM o de algunos apartados de tu tesis. Además, te servirá para mirar hacia atrás cuando lleves un tiempo y ver lo mucho que has progresado y aprendido.
Por qué NO un blog académico:
1) A día de hoy, no cuentan como méritos de investigación: Esto quiere decir que no progresarás oficialmente en tu carrera investigadora (sin duda, aprenderás muchísimo sobre investigación, escritura científica, expresarte mejor, etcétera), pero no tendrás más CV ni oportunidades de conseguir becas, contratos...
2) Algunas personas pueden criticar la falta de objetividad, fiabilidad, impacto y otros (supuestos) estándares de calidad de investigación: Dado que un blog está escrito por y para ti (por los puntos anteriores), los criterios oficiales de objetividad, validez, factor de impacto y demás quedan excluidos. Las hora de debatir con tu grupo de investigación, desmembrarte el cerebro pensando en cómo sintetizar el contenido, la contribución a que cualquier persona pueda leerlo y aprender... quedan excluidas de estos criterios oficiales.
3) En principio, un blog surge de tu cabeza, de tus intereses y tus opiniones; por tanto, no contará con unos evaluadores externos (peer review): Esto en realidad, puede ser un inconveniente, pero también una ventaja. Aunque hayas discutido y debatido con tu director o grupo de investigación los contenidos sobre los que escribes después en tu blog, es cierto que nadie va a corregir lo que en él escribas. Ni el estilo, ni el formato, ni las afirmaciones que en él hagas... habrán pasado por un filtro que no sea el tuyo propio. Y como dicen... dos cabezas piensan mejor que una (y tres mejor que dos).
Por cierto, ¿No sabes cómo crear tu blog o web de investigación? Lee esto, tal vez pueda ayudarte 😉
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Photo Credit: Britany G
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